Se nos están enredando las
cosas y si no nos ponemos eléctricos, nos electrocutaremos.
Espero no escribir esa mala
noticia.
Pobre ministro Tomás González.
Pero también los anteriores 4
que estuvieron en ese cargo, pues entre todos se ha ido construyendo un edificio
de incertidumbres que está para estallar si no se encuentra la fórmula salvadora.
Será la comunidad costeña una
de las peores tratadas como siempre…
Este trabajo que realizaron los
colegas Lupe Mouthón y José Granados, en El Heraldo, y que estamos leyendo
todos, nos entrega datos importantes que vale la pena consultar.
Los colegas se conectaron con
varios actores de esta película energética que nos tiene con los “pelos de
punta”…
Si es cierto que el “seguro”,
no es seguro, carajo, ¡qué embarrada!
La idea se vendió y se comentó
en la última Asamblea Nacional de La Andi. Y allí, no sentíamos el corto…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Crece la polémica
sobre el uso del ‘seguro eléctrico’
Por: José Granados y Lupe
Mouthón
Ante la amenaza de un
racionamiento, gremios y organismos de control piden claridad sobre el uso de
los billonarios recursos que ha generado este ‘seguro’.
Después de la peor crisis
eléctrica que vivió el país entre el 2 de mayo
de 1992 y el 7 de febrero de 1993, por el apagón nacional que ocasionó
el fenómeno
de El Niño durante el gobierno del presidente César Gaviria, los
colombianos escucharon las más contundentes de las promesas oficiales: “Jamás
volveremos a padecer algo similar”.
23 años después el Gobierno
nacional cruza los dedos porque el fantasma de otro racionamiento ronda al país, y en especial
a la Costa, por la sequía que nuevamente ha generado El Niño, pero esta vez
asociado a la escasez de gas producto de lo que conocedores de este sector
atribuyen a decisiones apresuradas y poco planificadas, como la venta del
combustible a Venezuela durante ocho años.
Como ‘blindaje’
contra otro racionamiento general fueron tomadas varias medidas, una de ellas,
que en medio de la amenaza actual comienza a ser evaluada con recelo, sospecha
y preocupación, fue el pago de una contribución denominada Cargo por
confiabilidad, que ha sido cobrada a todos los colombianos, mes tras mes, desde
hace nueve años en la factura del servicio eléctrico.
En la Resolución 071 del 3 de
octubre de 2006, la Comisión Reguladora de Energía y Gas, Creg, la misma que ha
sido cuestionada por sus decisiones sobre los nuevos precios del gas que
afectan la competitividad industrial y empresarial costeña así como el bolsillo
de los usuarios residenciales de esta zona del país, definió el Cargo por confiabilidad como una “remuneración” que paga
el Gobierno para que un generador esté listo para producir una cantidad
determinada de energía con el fin de atender una emergencia como la que vuelve
a amenazar al país.
Billones pagados. En otras
palabras, el objetivo de esa compensación, o especie de ‘seguro’, es
“garantizar a los usuarios la confiabilidad en la prestación del servicio de
energía eléctrica bajo condiciones críticas”, como un posible racionamiento
nacional, dice la Creg en su acto administrativo.
De acuerdo con estimativos de
entidades como la Contraloría General de la República, que por primera vez
auditará estos dineros por orden de su titular Edgardo Maya Villazón (ver
Contraloría indaga), por esta contribución los colombianos han pagado por
anticipado para no quedarse a oscuras cerca de $14 billones.
Otras cifras, que
maneja la Asociación Colombiana de Comercializadores de Energía, hablan de
$16,13 billones.
Actualmente por este cargo los
usuarios pagan, en promedio, $52 por cada kilovatio consumido, lo que
representa ingresos de entre 800 y 900 millones de dólares al año para los
generadores, tanto hidráulicos como térmicos, dijo ayer a EL HERALDO el
exministro de Minas y Energía Amylkar Acosta.
El presidente de la Asociación
Nacional de Empresas Generadoras, Andeg, Alejandro Castañeda, afirma que los
recursos del Cargo por confiabilidad han permitido que las plantas
termoeléctricas reciban unos ingresos anuales para cubrir sus costos fijos,
tales como pagos de nómina, mantenimientos preventivos e inversiones, entre
otros.
“Gracias a este cargo el parque
térmico está en óptimas condiciones técnicas y operativas para entrar a generar
cada vez que se requiere”, afirmó.
Ordenan
inspecciones. Sin embargo, el buen uso que
los generadores han hecho de estos dineros ha sido cuestionado por gremios como
Asoenergía, que agrupa a los principales consumidores de energía del país,
Acoplásticos y Coteleco, al igual que expertos y congresistas.
En su defensa, la Asociación
Colombiana de Generadores de Energía, Acolgen, dice que si los recursos del
Cargo por confiabilidad se “hubiesen invertido de manera errónea, las plantas
generadoras se estarían apagando y un racionamiento sería inevitable”.
En medio de la crisis planteada
hoy ya hay dos térmicas apagadas: Termocandelaria, en Cartagena, y Termovalle,
en Palmira. Otras dos –Termoemcali, en Palmira, y Zona Franca Celsia, en
Barranquilla– también estarían en riesgo de salir del sistema.
La razón que esgrimen son
inconvenientes financieros al tener que asumir la generación usando
combustibles líquidos (diésel) que son más costosos, lo que no les es rentable.
Castañeda afirmó que en lo que
va de este año el valor recibido por Cargo por confiabilidad de las térmicas
que operan con líquidos es de $676.000 millones y la pérdida esperada de su
utilización en seis meses puede llegar a $2,1 billones. También dijo que las
pérdidas acumuladas desde el momento en que fueron encendidas las plantas en el
último mes por el aumento de los efectos de El Niño “ascienden a $250.000
millones”.
No obstante, la Superintendente
de Servicios Públicos, Patricia Duque, reveló, en las últimas horas, que en el
seguimiento a los generadores de energía eléctrica han “encontrado algunas
presuntas irregularidades”.
La funcionaria dijo,
igualmente, que realizarán visitas de campo e inspección a Gecelca, Termocandelaria,
Zona Franca Celsia, Termovalle y Termoemcali.
Incluso llegó a plantear la
posibilidad de una intervención de las térmicas si se afecta el servicio de
energía.
Todos pagamos.
El exministro Acosta recordó que el Cargo por confiabilidad tuvo su origen en
la Ley Eléctrica (Ley 193 de 1994) que surgió después del apagón de comienzos
de los 90.
En aquel entonces las plantas
térmicas que existían como respaldo del sistema eléctrico nacional no pudieron
encenderse porque “no tenían las condiciones adecuadas de mantenimiento ni
combustible”.
Inicialmente surgió con el
nombre de Cargo por capacidad y luego cambió a confiabilidad.
“Es como un seguro en el que
todos los usuarios pagamos una póliza”, agregó Acosta y explicó que el cargo
busca que las térmicas que reciben la remuneración ofrezcan la energía en
firme, es decir, que esté disponible en el momento en que se requiera y que
cuando el precio en la bolsa de energía supere el precio de escasez se haga
efectivo el seguro.
“Las plantas deben tener el
mantenimiento adecuado y la logística adecuada para aprovisionarse del
combustible que requieran para que entren a operar cuando se les exija o
requiera”, señaló el ex ministro.
No afectar a usuarios. ¿Por qué
pese a tantos billones recaudados hay que aumentarles las tarifas a los
usuarios? Todo indica que en la Resolución 071 de la Creg –a su vez esta tiene
cerca de otras 150 resoluciones modificatorias o complementarias lo cual la
“hace inmanejable”, según opinión del abogado y consultor César Lorduy– no se
establece un porcentaje para atender las pérdidas ocasionadas por los
sobrecostos de generación frente al precio de escasez y no meterle la mano al
bolsillo de los usuarios, como lo anunció el ministro Tomás González para
ayudar a las térmicas.
Por eso, Acosta propone “crear
un fondo de estabilización” de precios de la energía con un porcentaje del
Cargo de confiabilidad para que los usuarios no sean afectados.
El defensor de Pueblo, Jorge
Armando Otálora, cuestionó el aumento y dijo que “se volvió costumbre” que
cuando las empresas, en este caso las generadoras de energía, atraviesan un mal
momento financiero, se trasladan esos costos a los usuarios, pero cuando las
épocas son buenas las ganancias se distribuyen entre los grupos económicos,
como sucedió con el sector financiero con la creación del cuatro por mil.
Sugirió Otálora revisar los
alcances del Cargo por confiabilidad y dijo que si El Niño fue advertido con
tiempo debieron tomarse las medidas para no perjudicar a los usuarios, como
está a punto de suceder por parte del gobierno de Juan Manuel Santos.
Contraloría indaga
A pesar de tratarse de recursos
públicos pagados por los usuarios, la Contraloría General de la República nunca
ha auditado los billones de pesos que desde 2006 han sido recaudados por el Cargo
por confiabilidad. Solo ahora, por disposición del contralor Edgardo Maya
Villazón, se anuncia una “actuación especial” ante la Creg para que dé
explicaciones sobre el uso que les han dado a estos dineros en los 9 años de
recaudos.
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