Después que no venga el
gobierno y el ministerio de Minas y Energía, concretamente, con cuentos de
pelaos, porque se le viene diciendo desde hace muchos meses, y más bien años,
que no juegue con la comunidad.
Juan Lozano lo reitera: “Juegan
con candela”.
Y al referirse a la situación
actual del sector energético y el anticipado aumento de las tarifas, agrega: “Ni
la caótica Electricaribe ni Emcali, para citar solo dos casos, tienen margen
social para este aumento”.
Asusta lo que prevé Lozano: “Pueden venir batallas campales en las calles. Ya lo
saben. Y las empresas pueden reventarse. El efecto inflación será severo, justo
ahora que se ha desbordado de la meta. Y el impacto presupuestal vía
subsidios será enorme mientras siguen raspando la olla y diseñando nuevos
impuestos”.
Y el mensaje es directo al
ministro Tomás González: “Y esas soluciones no se pueden agotar en pasarse por
la faja la ley, ni en tolerar unas inequidades que cada día enriquecen más a
unos y empobrecen más a otros, ni en seguir exprimiendo a este pobre pueblo
colombiano que ya no aguanta más alzas. ¡Pilas, Ministro!”.
Después no diga ministro que no
se le advirtió…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Alza de energía y
riesgo de apagón
Por Juan Lozano
Privatizar ganancias y
socializar pérdidas es una fórmula ilegal y desconsiderada con el país y sus
gentes, que no aguantan más alzas.
Sin sonrojarse, con el problema
agravado por no tomar medidas a tiempo por mezquinos cálculos electorales,
apenas pasaron las elecciones, nos notificaron el aumento en las tarifas de
energía por el Ministro de Minas, quien había evadido y ocultado las respuestas
sobre este asunto.
La ilegalidad es evidente, y la
prueba reina son las mismas declaraciones del Ministro. La Ley 142 de 1994, en su artículo 94, de manera clara establece que
no se permitirán alzas destinadas a recuperar pérdidas patrimoniales de las
empresas.
Privatizar ganancias y
socializar pérdidas es la abusiva fórmula escogida por el Gobierno, al parecer
doblegado por poderosos intereses, aunque se venían cobrando a todos los
usuarios los costos de un seguro contra apagones llamado eufemísticamente cargo
por confiabilidad. Más de 7.000 millones de dólares hemos pagado los
colombianos por este concepto, según cálculos del senador Iván Duque.
Ahora nos notifican a los
eternos paganinis que ese seguro no operó y que no todo lo que nos habían
prometido sobre la confiabilidad del sistema era cierto. El riesgo del
racionamiento sigue latente. El sistema está colapsando y algunas térmicas no
garantizaron sus combustibles a precios adecuados, sin que el Ministerio ni la
Superintendencia hubieran tomado cartas oportunamente.
Dicen que el Niño es muy fuerte
y prolongado, como en efecto lo es, pero justamente para enfrentar fenómenos de
esta naturaleza fue para lo que se diseñó este modelo. No es solo un problema
climático. Hay grave improvidencia y una deplorable inestabilidad en un
Ministerio que ha visto pasar 5 ministros en 5 años.
El Ministerio y la Creg
deberían haber adoptado medidas para corregir distorsiones en el modelo dañino
del cargo por confiabilidad, y acciones para mitigar los errores de autorizar y
costear reconversiones de las térmicas a combustibles líquidos. Además, sabían
de la necesidad de prevenir los problemas asociados con el precario suministro
de gas. Ahora que necesitamos que Maduro nos devuelva el gas que le mandamos de
La Guajira, sí se preocupan.
Y Ministerio y Creg también han
debido evitar que en el mismo sistema, simultáneamente, unas generadoras hagan
multimillonaria bonanza cosechando para sus socios sus utilidades, mientras las
pérdidas de algunas térmicas las tengamos que pagar todos. No todas las
generadoras están perdiendo hoy. Unas, las hidroeléctricas, están ganando
millonadas cada día, mientras sigue intacto el modelo de restricciones que
incuba estas asimetrías.
Y a propósito de restricciones,
el Ministro no ha le ha dicho al país la verdad completa sobre sus facturas.
Subirán en mucho más de 7 pesos por kilovatio. Los cálculos de Aurelio Suárez y
Martha Aguilar, con ejemplos concretos, indican que en el estrato 4 el
incremento en diciembre será cercano al 20 por ciento, y lo propio le ocurrirá
a la industria. Para los estratos 5 y 6 será mayor.
Juegan con candela. Ni la
caótica Electricaribe ni Emcali, para citar solo dos casos, tienen margen
social para este aumento. Pueden venir batallas campales en las calles. Ya lo
saben. Y las empresas pueden reventarse. El efecto inflación será severo, justo
ahora que se ha desbordado de la meta. Y el impacto presupuestal vía subsidios
será enorme mientras siguen raspando la olla y diseñando nuevos impuestos.
Con serenidad, sin populismo,
con firmeza del Gobierno en defensa del interés general, hay que encontrar
soluciones creativas mientras nos cuentan qué pasó con la plata que ya pagamos.
Y esas soluciones no se pueden agotar en pasarse por la faja la ley, ni en
tolerar unas inequidades que cada día enriquecen más a unos y empobrecen más a
otros, ni en seguir exprimiendo a este pobre pueblo colombiano que ya no
aguanta más alzas. ¡Pilas, Ministro!
JUAN LOZANO
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