Vamos a leerlo...
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@radareconomico1
Martes 16 de Febrero de 2016 - 12:05am
La hora del río
Por: Jairo Parada Corrales
El río Magdalena siempre había estado
escondido para los barranquilleros, hasta que por fin se abrió esa ventana en
la isla de La Loma. Recuerdo que la primera vez que vi el Río fue en una visita
a las instalaciones de Eternit estando en mi infancia en una actividad social.
Luego, en mi adolescencia, me aventuré en larga caminata hasta el extremo del
tajamar occidental, admirando “la cuchillada del Río sobre el mar”. No extraña,
por tanto, que las relaciones de una ciudad puerto con su río sean cambiantes,
con periodos de más integración, como sucedió en las primeras décadas del siglo
XX, hasta ignorarlo en la segunda década del mismo siglo, apenas escuchando los
problemas del canal. Ello me motivó a escuchar el foro que el Museo del Caribe
organizó sobre el mismo hace casi dos semanas.
En dicho foro faltó más debate, la agenda
fue recortada, y la ministra Natalia Abello presentó su propuesta ‘El río
Magdalena como plataforma multidimensional’, pero luego se marchó a otros
quehaceres, síndrome de los funcionarios nacionales, sin quedarse a escuchar lo
que el foro diría. El Río se piensa recuperar con el contrato de $2.5 billones,
mediante una Asociación Público Privada que muchos han mirado con escepticismo
por la naturaleza de los contratistas allí vinculados, muy criticados desde
diversos ángulos y sin mucha experiencia en este tipo de proyectos. La
esperanza es que si siguen el Plan Maestro Fluvial realizado con asesoría holandesa,
las cosas marchen bien, a pesar de los retos de la sequía de El Niño. La
navegación fluvial ha empezado a recuperarse, aunque las pequeñas compañías han
sufrido por los nuevos requerimientos técnicos de navegación de las
barcazas. Muchos muelles se están construyendo en el Río y se prometen
desarrollos turísticos.
El tema de fondo, apenas esbozado en el
foro, es la necesidad de cambiar la mirada sobre la cuenca del Río y dejar de
verlo solo como vía de transporte. En realidad, el Río es una cuenca inmensa
que requiere una visión ecológica, integral, la cual impacta y es afectada a su
vez por las explotaciones ganaderas, la minería, la deforestación y la falta de
tratamiento de las aguas residuales en el país. A lo
anterior se le añade un
nuevo factor: no hay coordinación institucional entre el sector eléctrico, el
Ministerio de Minas y Energía, y la misma Cormagdalena, según lo expuso con
claridad Luis A. Mendoza, su director, quien ve con preocupación el desarrollo
de programas hidroeléctricos sin examinar su impacto sobre el Río.
El agua es
para todos, no solo para los negocios privados hidroeléctricos. Hubiese
sido útil discutir en el foro el profundo análisis del libro editado por
el Foro Nacional Ambiental y Fescol, Para dónde va el río Magdalena: riesgos
sociales, económicos y ambientales del proyecto de navegabilidad (gratis por
internet), para mejorar la discusión.
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