martes, 16 de febrero de 2016

La hora del río Por: Jairo Parada Corrales

En esta columna, Jairo Parada habla del Río Magdalena. Recuerda su infancia. Se refiere a un foro reciente sobre el tema y critica un poco a la ministra de transporte porque no permitió más debate en ese encuentro. Se fue del evento, "se marchó a otros quehaceres", como dice Parada...

Vamos a leerlo...

RADAR,luisemilioradaconrado 
@radareconomico1

 
Martes 16 de Febrero de 2016 - 12:05am


La hora del río
Por: Jairo Parada Corrales

El río Magdalena siempre había estado escondido para los barranquilleros, hasta que por fin se abrió esa ventana en la isla de La Loma. Recuerdo que la primera vez que vi el Río fue en una visita a las instalaciones de Eternit estando en mi infancia en una actividad social. Luego, en mi adolescencia, me aventuré en larga caminata hasta el extremo del tajamar occidental, admirando “la cuchillada del Río sobre el mar”. No extraña, por tanto, que las relaciones de una ciudad puerto con su río sean cambiantes, con periodos de más integración, como sucedió en las primeras décadas del siglo XX, hasta ignorarlo en la segunda década del mismo siglo, apenas escuchando los problemas del canal. Ello me motivó a escuchar el foro que el Museo del Caribe organizó sobre el mismo hace casi dos semanas. 
En dicho foro faltó más debate, la agenda fue recortada, y la ministra Natalia Abello presentó su propuesta ‘El río Magdalena como plataforma multidimensional’, pero luego se marchó a otros quehaceres, síndrome de los funcionarios nacionales, sin quedarse a escuchar lo que el foro diría. El Río se piensa recuperar con el contrato de $2.5 billones, mediante una Asociación Público Privada que muchos han mirado con escepticismo por la naturaleza de los contratistas allí vinculados, muy criticados desde diversos ángulos y sin mucha experiencia en este tipo de proyectos. La esperanza es que si siguen el Plan Maestro Fluvial realizado con asesoría holandesa, las cosas marchen bien, a pesar de los retos de la sequía de El Niño. La navegación fluvial ha empezado a recuperarse, aunque las pequeñas compañías han sufrido por los nuevos requerimientos técnicos de navegación de las barcazas.  Muchos muelles se están construyendo en el Río y se prometen desarrollos turísticos.

El tema de fondo, apenas esbozado en el foro, es la necesidad de cambiar la mirada sobre la cuenca del Río y dejar de verlo solo como vía de transporte. En realidad, el Río es una cuenca inmensa que requiere una visión ecológica, integral, la cual impacta y es afectada a su vez por las explotaciones ganaderas, la minería, la deforestación y la falta de tratamiento de las aguas residuales en el país. A lo 
anterior se le añade un nuevo factor: no hay coordinación institucional entre el sector eléctrico, el Ministerio de Minas y Energía, y la misma Cormagdalena, según lo expuso con claridad Luis A. Mendoza, su director, quien ve con preocupación el desarrollo de programas hidroeléctricos sin examinar su impacto sobre el Río. 
El agua es para todos, no solo para los negocios privados hidroeléctricos.  Hubiese sido útil discutir en el foro el profundo análisis del libro editado por el  Foro Nacional Ambiental y Fescol, Para dónde va el río Magdalena: riesgos sociales, económicos y ambientales del proyecto de navegabilidad (gratis por internet), para mejorar la discusión.

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