Como relata Jairo Parada, este año hay que
estar atentos. Será un año difícil…
Los errores nos costarán muy caros. En momentos
de crisis hay que bajar costos, revisar el entorno. Acabar con los abusos y
ahorrar lo más que podamos.
El profe nos enseña qué debemos hacer en
algunos pasajes.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Martes 26 de Enero de 2016
2016: un año
complicado
Por: Jairo Parada
Cuando aún no se ha terminado el mes de
enero de 2016, todo indica que vamos rumbo a un año más difícil que lo que
calculábamos a finales del año pasado. La economía china sigue su ajuste y no
se espera que crezca este año más del 6.5%, tasa inigualable para nosotros.
Europa y Japón siguen muy estancados, y Estados Unidos sigue creciendo pero con
tasas moderadas. Sin embargo, a diferencia de lo
que sucede en Colombia, el bajo crecimiento de los precios ya no se ve como una
cosa buena sino como señal de una peligrosa deflación. El Banco Central
Europeo sigue con sus medidas de estímulo a la economía, y todo el mundo sabe
que el llamado a la austeridad es el camino empedrado del infierno a una nueva
recesión.
La fuente de los problemas radica en la
continua caída de los precios del petróleo, ya con bajonazos por debajo de los
$30 dólares el barril, lo cual genera volatilidad y nerviosismo en los mercados
mundiales. Según The Economist, la idea tradicional era que el alza de los
precios del petróleo generaba recesión, como en 1973, y que una baja del
petróleo, al ser un shock positivo de oferta, bajaría costos y aumentaría la
oferta agregada, estimulando la producción y el empleo a nivel de países no
petroleros, como en algo le sucede a la India. El precio del petróleo ha caído
en 75% y no se ve el efecto positivo de al menos un 3% en el producto, sino todo
lo contrario. El problema, según parece, es que esta caída tiene un sabor
deflacionario que ha llenado de pánico a las bolsas de valores en el mundo,
quebrando la confianza de los inversionistas y consumidores. Todo el mundo se
aprieta el cinturón y el palo no está para cucharas. Los temores se extienden
ante la caída de la bolsa china desde junio del año pasado, pese a las fuertes
intervenciones del gobierno chino, pues allá no lo dejan todo en manos de la
oferta y la demanda.
Pero por acá en Colombia parece que no
quisiéramos darnos cuenta de lo que pasa en el mundo. El ministro de Hacienda
‘corrige’ al director del Banco Mundial, señalando que el crecimiento económico
será del 3.2% y no del 3.0% como lo señalaba el funcionario multilateral. A los
pocos días, ya el Fondo Monetario Internacional pronostica que si nos va bien
no pasamos del 2.6%. El despegue de las exportaciones no ocurre, a pesar de la
masiva devaluación que hemos sufrido. Las medidas de austeridad del Gobierno,
aunque necesarias, resultan pírricas ante los apremios fiscales del Gobierno,
el cual procuró que le pagaran Isagén lo más rápido posible antes de que
hicieran curso las acciones legales instauradas. Cada vez el escenario del
plebiscito se enrarece, dado que la lucha por la paz no puede ir acompañada
simultáneamente de una agenda regresiva de políticas públicas, persiguiendo el
bolsillo de los sectores medios. Será un año difícil, vayamos preparándonos.
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