Jaime Lustgarten, es un empresario crítico, emprendedor, veloz,
conocedor del mercado y se ha ido metiendo en el análisis de los temas
económicos y eso le interesa a las comunidades.
Necesitamos críticos de los gobiernos locales, nacionales e internacionales,
porque el análisis nos ayuda a pensar y repensar el futuro.
Les agradezco que nos envíe su pensamiento, a través de sus columnas.
Aquí va una…
Luisemilioradaconrado
La burbuja sube y sube
hasta que explota
Jaime Lustgarten
Un amigo empresario me comentó el otro día que Barranquilla está viviendo un bum económico que en su dimensión
es tal vez el de mayor auge en todo el país. Me dijo además, que pensaba que
todos tenemos mucho que agradecer a los alcaldes y gobernadores que han hecho
posible todo esto. Sin duda las personas podemos diferir en cuanto a las razones de todo
este resurgir económico, y siempre por principios vamos a criticar lo
criticable, sin menospreciar las luchas sociales de quienes
no ven beneficios a la fecha de todo este acontecer citadino.
Los barranquilleros ciertamente vemos
optimistas el panorama, hay mayor inversión, construcción, ambiente de
negocios, crecimiento de la economía, pero a la vez vemos que la enorme pobreza
no cede, que la miseria crece bajo nuestras narices, que la informalidad cada mañana es mayor y ocupa más espacio público, y
vemos que no hay una situación financiera clara en el distrito de Barranquilla. Alex Char dejó endeudado
al Distrito y comprometió vigencias futuras excepcionales que son ilegales
hasta el año 2030, por una suma cercana a los $ 810.000 millones. La deuda
financiera no la pago y ahora le toca hacerlo a la doctora Elsa Noguera,
afectando el flujo de caja de estos cuatro años.
Si hablamos de inseguridad se siente
en todas partes. Si lo hacemos de movilidad es pésima y empeora. Si
hablamos del transporte público parece que de nada hubieran servido las enormes
inversiones hasta la fecha.
Podemos tener fe y ser optimistas,
pero no ciegos. Acá los políticos son los que sacan mejor tajada de todo
el florecimiento, metidos en negocios de puertos, y acaban de tomarse la junta
directiva de EDUBAR, para evitar que el Distrito recupere su cara al río,
es decir los 50 metros a los que tenemos derechos todos los colombianos de disfrutar
la vista del río y que hoy no podemos por las concesiones portuarias, y las
empresas que taparon el acceso al río, metidos en negocios de carga y carbón,
en contratos de obras públicas, etc. La
arborización no es la adecuada para Barranquilla, deciden sembrar palmeras que
no dan sombra, ni ayudan a mitigar el
calor para favorecer a una familia ligada a la alcaldía. Las concesiones y
la burocracia oficial dan sus
frutos perpetuando a una elite en el poder. Así es fácil decir lo bueno que
esto está.
Claro, mi amigo
empresario le apuesta a que esta situación se extienda en el tiempo, así su negocio continuara creciendo y dando utilidades.
Tiene razón, es mejor ser optimistas, pero a la vez hay que ser precavidos,
pues cuando empiecen a llegar las grandes importaciones los comerciantes van a
vender lo que el público les pida, así dejemos de comprar los artículos
colombianos. Muchos productores nacionales se están especializando en
importar lo que antes producían, caso del arroz, acabamos con la industria
arrocera en la región Caribe, y lo mejor es que ahora ganan más dinero que antes. Entonces el desempleo adonde terminara, y no sea que nos estemos
convirtiendo en un estado fallido, con mayores problemas de orden público y
violencia domestica, suicidios, y dependiendo cada día más de las
importaciones de alimentos, y sin una garantía alimentaria de nuestra propia
cosecha. Importaremos todo, el arroz, el maíz, la soya, la leche, los granos, y hasta el café. Será que vamos
realmente bien.
La especulación es
un fenómeno mundial que mueve mucho dinero, no siempre es sana. Las acciones suben hasta un techo, luego bajan. La
gente suele comprar cuando está subiendo, y suele vender cuando empieza a
bajar. La economía es fuerte mientras exista confianza, si la
confianza se pierde todo se derrumba. El bum se prolonga, pero si el TLC
empieza a desilusionar, entonces, todo se viene abajo como castillo de
naipes. Hay una dinámica actual que mueve locomotoras y se
llama minería, exploración de hidrocarburos, y el buen momento del
carbón, es lo que está pasando. Suben y suben hasta que la burbuja
revienta y explota, pero no son sectores generadores de abundante empleo.
No debemos engañarnos, el desempleo
que muestra hoy Barranquilla es uno de los más bajos del país, y se debe no a
la generación de empleo productivo, sino a la informalidad que ronda el
70%. La baja participación en la tasa global de participación es 10 puntos
inferior a la media nacional, por eso bajó el desempleo, la gente no sale a
buscar trabajo, si salieran esas personas el desempleo con todo el empleo
informal sería del 17%.
Tenemos la mayor informalidad en
Colombia. Las ventas estacionarias en calles y zonas peatonales violando el
espacio público están a la vista de todos y son un gran problema social.
El TLC puede que no sea la panacea que todos esperan, me uno sin embargo
a la fila de optimistas, pero no olviden que la gente quiere creer que
todo está bien, y por eso somos proclives al autoengaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario