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Próximamente: Informe Macroeconómico del BID – La hora del crecimiento
Los indicadores económicos mundiales
lucen sólidos. Aún así, se anticipa que América Latina y el Caribe va a
registrar tasas de crecimiento más bien mediocres en los próximos años.
De acuerdo con las recientes proyecciones, la región va a seguir
disminuyendo su participación en el PIB mundial.
En el Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe 2017, Caminos para crecer en un nuevo mundo comercial,
nos concentramos en los beneficios de una mayor integración comercial.
Los acuerdos de comercio preferencial (PTA, sigla en inglés) de la
región siguen encerrando muchas complejidades y contradicciones, y a
pesar de que en América Latina y el Caribe hay no menos de 33 PTA,
todavía faltan muchas conexiones importantes entre los países de la
región. La región ha gastado gran cantidad de recursos formulando y
negociando esos acuerdos, sin haber llegado a cosechar todos los frutos.
Solamente simplificar y resolver problemas técnicos específicos (como
compaginar las llamadas reglas de origen entre un PTA y otro)
puede tener efectos beneficiosos considerables en el crecimiento.
Completar las conexiones faltantes puede entonces permitir acercarse más
a un área de libre comercio que abarque el mercado completo de la
región, valorado en US$5,7 billones.
En La hora del crecimiento, el Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe 2018, que se lanzará el 25 de marzo en el marco de la Reunión Anual del Grupo BID en
Mendoza, analizamos la manera en que otros factores estructurales,
entre ellos las considerables brechas de inversión y productividad,
actúan como frenos para el crecimiento. Tanto el nivel como la calidad
de la inversión son bajos. La región podrá crecer de manera sostenible y
a un mayor ritmo únicamente si elimina esos frenos aplicando las
medidas de política correctas. Como se explica detalladamente en Ahorrar para desarrollarse
(el informe insignia de 2016 del BID), las bajas tasas de ahorro,
sistemas financieros pequeños e ineficientes y bajos niveles de ingresos
fiscales, así como una inversión pública insuficiente, han contribuido a
la acumulación de brechas de crecimiento. Partiendo de ese análisis, en
La hora del crecimiento se sostiene que también se
está produciendo una mala asignación de recursos en las economías y se
presenta un conjunto de sugerencias de políticas dirigidas a impulsar el
crecimiento.
Puede que incluso las proyecciones de
crecimiento moderado estén en riesgo. Una mayor inflación en Estados
Unidos puede provocar subas de las tasas de interés más rápidas de lo
previsto, bajas más pronunciadas de los precios de los activos mundiales
y mayores costos de endeudamiento para las economías emergentes.
Aranceles más altos a las importaciones en EE.UU., y las medidas de
represalia que se puedan aplicar, pueden refrenar los flujos del
comercio internacional y perjudicar a países que dependen de las
exportaciones, especialmente los que tienen superávits considerables en
su balanza comercial con EE.UU. En el informe por publicarse se presenta
una serie de simulaciones de modelos económicos con el fin de
cuantificar dichos riesgos. El modelaje también sugiere oportunidades.
Si los países individualmente consiguen aumentar el crecimiento, aunque
sea levemente, entonces las conexiones entre ellos reforzarán los
efectos positivos, lo que a su vez hará aumentar considerablemente el
crecimiento regional.
La situación de cada país es distinta,
especialmente en cuanto al nivel y la eficiencia del gasto público, los
niveles de recaudación fiscal, y los equilibrios presupuestarios. Muchos
países están atravesando un proceso de ajuste fiscal gradual.
Dependiendo de su punto de partida, a cada país le puede convenir
adoptar medidas distintas para promover el crecimiento. El informe
bosqueja recomendaciones de políticas en función la ubicación de cada
país en dimensiones específicas del ámbito de políticas.
Hay una nota positiva: aunque en la
región hay regímenes cambiarios muy diferentes entre sí, la mayoría de
los países muestran índices inflacionarios bajos. Los regímenes de metas
de inflación han cobrado gran auge en América Latina y ha sido
fascinante observar su desenvolvimiento. En general, esta fórmula ha
permitido una considerable flexibilidad de los tipos de cambio para
absorber shocks, a la vez que sirve de ancla para la estabilidad
económica, lo que se traduce en expectativas inflacionarias
relativamente estables en el mediano plazo. El informe repasa la manera
en que las economías más grandes que se manejan con regímenes de ese
tipo se pueden beneficiar calibrando su política monetaria hacia
adelante, con el fin de facilitar el aumento de la producción a la vez
que mantienen la credibilidad que tanto trabajo les ha costado
construir.
Países con diversos regímenes monetarios y
cambiarios han mantenido niveles significativos de reservas
internacionales, para protegerse contra los shocks externos. Esos
mecanismos de protección normalmente se suelen considerar especialmente
importantes para los países que tienen menor flexibilidad cambiaria. Al
mismo tiempo han venido aumentando los desequilibrios fiscales y de la
cuenta corriente. Esto implica que ha aumentado el nivel óptimo de
reservas necesario para brindar un nivel adecuado de protección. Las
simulaciones de la mejora de los balances fiscales y de cuenta corriente
que se presentan en el informe por publicarse, revelan cómo se
reducirían las brechas entre los niveles óptimos y los observados de
reservas internaciones.
La región tiene por delante desafíos difíciles, pero también hay oportunidades. En La hora del crecimiento
se trata de presentar un panorama equilibrado y un conjunto de
sugerencias de políticas prácticas dirigidas a impulsar el crecimiento,
mejorando vidas.
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