Parece que, según los expertos, el panorama
económico de Colombia en el segundo trimestre no será muy bueno.
Datos del DANE, concluyen que no crecimos
sino alrededor de 1,1% en el primer trimestre. Tanto que algunos hablan de
cifras “decepcionantes”.
Sin embargo, hay una esperanza, y es que el
análisis preliminar lo resalta uno de los economistas más pesimistas que tiene
Colombia que es el economista y exministro de Hacienda, Eduardo Sarmiento.
Obviamente, eso nos sirve para estar
pendientes de lo que viene en el último semestre.
El ministro de hacienda Mauricio Cárdenas y
sus asesores, han sido conscientes y el mismo funcionario nos lo comentó hace
unos meses: saldremos adelante…
En el RADAR siempre estamos atentos para
contarles qué pasa en la economía.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Economía
colombiana, con un panorama poco alentador para el segundo trimestre
El crecimiento del Producto
Interno Bruto (PIB) del país en el primer trimestre del año, que apenas alcanzó
el 1,1%, según las cifras entregadas por el DANE, pone de manifiesto un difícil
panorama para la economía en lo que resta del año, esto teniendo en cuenta que
la confianza del consumidor y de la industria está debilitada, y los paros
podrían pasarle factura al Gobierno Nacional.
Las cifras reveladas en el primer trimestre
fueron “decepcionantes” para muchos expertos, esto por los crecimientos
negativos de seis ramas de la actividad económica, que jalonaron una reducción
de 0,2 % frente al mismo periodo del 2016, teniendo a la construcción y a la
minería con los resultados de peor desempeño, mientras que la agricultura sigue
sacando la cara en medio de la turbulencia.
Para el
economista y exministro de Hacienda, Eduardo Sarmiento,
este comportamiento no es aislado, sino que tiene que ver con un proceso de
declinación de la economía colombiana desde mediados del 2014, cuando se
desplomó el precio del petróleo, y el principal problema es que ni el Gobierno,
ni el Banco de la República han querido reconocer lo que está pasando.
El experto explicó que hay varios factores
que han llevado la economía a este punto, entre los que resalta “el
debilitamiento progresivo de la demanda generada por los precios del petróleo y
la ineficiencia de la política económica”, que mirados en detalle “son de suma
gravedad, si se tiene en cuenta que la mayoría de los sectores crecen en
términos negativos”.
Sarmiento es enfático en afirmar que parte de
los problemas también están relacionados con un desbalance de la cuenta
corriente por la devaluación de varios años del peso frente al dólar, el
aumento de las tasas de interés y que llegaron el año pasado hasta el 7,5%, y
una reforma tributaria “totalmente regresiva”, que cayó en un 80% a través del
IVA en los grupos menos favorecidos.
“Acá se tiene un desplome monumental de la
demanda por los factores que le he señalado y que ha llevado a la economía a un
crecimiento de 1%, que no ha tocado fondo y de mantenerse la deficiencia de la
demanda sin acciones que las contrarresten, pues se va a seguir en ese 1% y va
a seguir declinando de manera que estamos al borde de una recesión sin acciones
para neutralizarla”, dijo.
Sin embargo, para Fedesarrollo, aunque el
panorama es desalentador por los resultados, “la economía ya tocó fondo y, en
adelante, el PIB recuperara dinamismo”, con el aporte de sectores como la
agricultura y la construcción, que ayudarán a compensar el poco dinamismo de la
industria y el comercio. Pero -dice el centro de estudios- esta “recuperación
no está exenta de riesgos”.
Para la Asociación Nacional de Instituciones
Financieras (Anif), el panorama tampoco es alentador, pues tras el pobre
desempeño del primer trimestre de 2017, las perspectivas del segundo trimestre
no lucen muy halagadoras, y desde ya se habla de un crecimiento del 1,8 %, muy
inferior con respecto al 2,5 % que registró en el mismo periodo de 2016.
“A pesar del pobre inicio del año y de la
frágil recuperación internacional, Anif ha optado por mantener inalterado su
pronóstico de crecimiento para Colombia en un 2,2 % para 2017, aunque ahora
manejamos un sesgo bajista, lo cual podría llevarnos hacia umbrales de
crecimiento de solo el 1,8 % en 2017, si es que el rebote del segundo trimestre
no se consolida”, señaló.
¿Y el segundo trimestre?
Precisamente para Eduardo Sarmiento, esas
proyecciones del segundo trimestre indican que se va a seguir sobre ese 1 % de
crecimiento que mostró la primera parte del año, pues las “pocas” medidas que
se han tomado desde el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República,
quienes tienen unas proyecciones para el año de 2,5 % y 2,0 %, respectivamente,
no han sido efectivas.
“Esas proyecciones siempre se equivocan, en
los últimos dos años y medio siempre que aparece una cifra se dice que ya se
tocó fondo y que en el próximo trimestre vamos a mejorar, pero en el primer
trimestre se dio un crecimiento de 1,1 % y en el segundo, en parte porque la
Semana Santa cayó en el cuarto mes, se va a tener una cifra similar”, señaló
Sarmiento.
El economista agregó que ya con un semestre
perdido y con indicadores que demuestran que las expectativas son cada vez más
pesimistas, “no hay forma de remontar ese resultado, de manera que en segundo
semestre van a salir perspectivas y al final se va a tener una cifra inferior o
cercana al 1 %, esa es la historia de una economía que se desploma
progresivamente sin una acción clara del gobierno”.
Sarmiento destacó que para el segundo
trimestre también va a jugar en contra el tema de los paros que se vienen
adelantando en el país, como el de Buenaventura, Chocó, el cese de actividades
de Fecode; además de los que se vienen en los próximos días de la Rama Judicial
y de los arroceros, lo cual generaría pérdidas para la economía.
“Los paros también van a golpear la economía,
porque reducen la producción y generan un ambiente de incertidumbre y de
pesimismo. Tal como sucedió un año atrás con los paros que se realizaron, este
año se va a presentar la misma situación”, resaltó el economista, al hacer
también referencia a los deteriorados índices de confianza por parte de la
industria y el consumidor.
Fedesarrollo considera que la posibilidad de
que se vea una economía recuperándose dependerá en alto grado de lo que suceda
con el consumo de los hogares y el ánimo de los empresarios para invertir. “En
ambos frentes se mantienen importantes inquietudes, pero existen también
señales favorables”, señaló el centro de estudios.
Anif también considera que la compleja
situación de desorden público, con paros reiterativos de trabajadores públicos
y bloqueos en la zona del Pacífico, que amenazan con el resurgimiento del
narcotráfico, le pasará factura al Gobierno Nacional en materia económica, a lo
que se sumaría la baja confianza de los consumidores, aún en terreno negativo.
¿Qué se debe hacer?
Las encuestas de Fedesarrollo muestran que,
si bien la confianza de los consumidores se mantiene en terreno negativo, esta
ha mejorado significativamente desde enero, a lo que se suma que la reducción
de la inflación le ha facilitado al Banco de la República recortar las tasas de
interés desde 7,75 % en diciembre de 2016 hasta 6,25 % en su más reciente
reunión, lo cual seguramente se reflejará en mejores condiciones para el
consumo y la inversión en los meses venideros.
Sin embargo, para Eduardo Sarmiento la
reducción en las tasas de interés no es suficiente para salvar la economía,
pues lo demostrado en los primeros meses del año deja ver que en cierta manera
el Gobierno y el Emisor confiaron la corrección de la economía a unos ajustes
que por ahora no funcionan.
"La reducción de la tasas de interés en
los últimos cuatro meses no tiene mayor efecto sobre la tasa de crédito de los
bancos, que son las que influyen en la práctica, de manera que se tiene una
situación en que el gasto de la economía es inferior al ingreso nacional, eso
da lugar a este proceso de caída libre que no se va a resolver hasta que no
haya un programa, un cambio radical en el manejo de la política económica del
Ministerio y el Banco", señaló Sarmiento.
Para ello plantea un giro en el modelo donde
se intervenga el tipo de cambio, porque uno de los grandes problemas que ha
surgido es la devaluación, “se necesita un manejo cambiario que le dé un
tratamiento diferente a las exportaciones, sin que se afecten las
importaciones”.
A esto se suma que la expansión de la
economía no depende solo de la baja en las tasas de interés y la ampliación del
crédito, por lo que se necesita que parte de la liquidez se cree en el gobierno
y para eso se necesitan disposiciones que le permitan realizar gastos con
emisión monetaria, sin necesidad que se contagie el resto de la economía.
“Que el gobierno tenga la capacidad de hacer
el gasto público sin necesidad de quitarle recursos al resto de la economía y
eso podría darse en la medida en que haya una autorización del Banco de la
República para emitir por parte del gobierno”, explicó Sarmiento, como segunda
medida a tomar.
Finalmente, rescató que se necesita una
política industrial y agrícola para darle ventajas y estímulos a los sectores
que tienen mayores posibilidades de demanda de los mercados internacionales.
“Esas son las tres decisiones que recomendaría, que sería el cambio de modelo
económico”, pero no se puede dentro del modelo dominante del Banco de la
República y el ministerio de Hacienda.
El senador del Centro Democrático Iván Duque,
aseguró que “Colombia debe actuar ante la situación económica que vivimos para
no sufrir males mayores” y por ello lanzó una propuesta de diez puntos para iniciar
un cambio estructural hacia un modelo más eficiente.
Entre las propuestas que presenta se destaca
la reducción de trámites y obstáculos en la prestación de servicios a los
empresarios, la simplificación tributaria y reducción de impuestos, los incentivos
a la inversión, reducir la evasión de impuestos de renta e IVA, una
diversificación exportadora, el desarrollo de mercados de capital, la reducción
del costo país, realinear la regla fiscal y apostar por las cadenas de valor y
la transformación productiva.
Pero mientras todo esto sucede y el gobierno
toma las medidas necesarias para encaminar la economía en lo que resta del año,
se espera que los trimestres que vienen sean mejores al primero, pese a que
todas las proyecciones reflejan que para finalizar el año el PIB no será
superior al 2 %, que sigue siendo inferior a lo que deseable.
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