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Perspectivas
económicas mundiales mejorarán en 2015, aunque tendencias divergentes generan
riesgos hacia la baja, señala Banco Mundial
WASHINGTON, 13 de enero de 2015
–Después de otro año decepcionante en 2014, este año los países en desarrollo
deberían experimentar un alza en su crecimiento gracias en parte al impulso que
generan los precios del petróleo bajos, el fortalecimiento de la economía de
EE.UU., tasas de interés mundiales que siguen apuntando hacia la baja y a la
disminución de las contrariedades en varios mercados grandes y emergentes,
señala el informe del Grupo Banco Mundial Perspectivas Económicas Mundiales (GEP),
publicado hoy.
Tras el crecimiento que bordeó
el 2,6 % en 2014, las proyecciones muestran que la economía del mundo
crecerá 3 % este año, 3,3 % en 2016 y 3,2 % en el año 2017[1], según predice el emblemático informe bianual del Banco
Mundial. Las naciones en desarrollo crecieron un 4,4 % en 2014 y se espera
que en 2015 bordeen el 4,8 %y se fortalezcan en 5,3 % y 5,4 % en
2016 y 2017, respectivamente.
“En ese incierto entorno
económico, los países en desarrollo deben desplegar sus recursos de manera
juiciosa para apoyar programas sociales con un foco muy preciso y emprender
reformas estructurales que inviertan en la gente”,
sostuvo el Presidente del Grupo Banco Mundial Jim Yong Kim. “También es
fundamental que los países retiren los obstáculos innecesarios a la inversión
del sector privado, actor que por lejos es la principal fuente de empleos y que
puede sacar a cientos de millones de personas de la pobreza”.
Tras esta débil recuperación
mundial se encuentran tendencias cada vez más divergentes con importantes
implicancias para el crecimiento global. En Estados Unidos y el Reino Unido, la
actividad está tomando nuevo impulso a medida que el mercado laboral se sana y
la política monetaria sigue muy acomodaticia. Sin embargo, la recuperación ha
sido más inestable en la zona del euro y en Japón, que heredaron el retardo de
la crisis financiera. China, por su parte, está experimentando una desaceleración
cuidadosamente administrada con un crecimiento lento aunque robusto de
7,1 % este año (7,4 % en 2014), 7 % en 2016 y 6,9 % en
2017. Y el colapso de los precios del petróleo tendrá tanto ganadores como
perdedores.
Los riesgos en las perspectivas
siguen inclinándose hacia la baja, debido a cuatro factores. En primer lugar
está la persistente debilidad del comercio mundial. En segundo, está la
posibilidad de que la volatilidad del mercado financiero en la forma de tasas
de interés en las principales economías aumente en diferentes momentos. Y en
tercer lugar, está el nivel de tensión que generarán los bajos precios del
petróleo en los balances de los países productores. El cuarto es el riesgo de
un período prolongado de estancamiento o deflación en la zona del euro o en
Japón.
“Lo más preocupante es que el
estancamiento de la recuperación en algunos países de ingreso alto e incluso de
ingreso medio puede ser síntoma de males estructurales más profundos”, sostuvo Kaushik
Basu, Vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial. “A
medida que el crecimiento demográfico bajó su ritmo en muchos países, el grupo
de trabajadores más jóvenes es más pequeño, poniendo presión sobre la
productividad. Pero hay luz al final del túnel. El menor precio del petróleo,
que se espera se mantendrá durante 2015, está bajando la inflación en todo el
mundo y es probable que retarde los repuntes en las tasas de interés en los
países ricos. Esto genera una oportunidad para los países importadores de
petróleo, como China e India; esperamos que el crecimiento de India llegue al
7 % en 2016. Lo que es fundamental es que las naciones aprovechen esta
oportunidad para impulsar reformas fiscales y estructurales, las cuales pueden
incrementar el crecimiento a largo plazo y el desarrollo inclusivo”.
A partir de la recuperación
gradual del mercado laboral, un menor ajuste presupuestario, precios bajos de
los productos básicos y costos de financiamiento aún reducido, se espera que el
crecimiento conjunto en los países de ingreso alto ascienda levemente al
2,2 % este año (1,8 % en 2014) en 2015 y cerca de 2,3 % en
2016-2017. El crecimiento en Estados Unidos debería acelerarse a 3,2 %
este año (a partir de2,4 % el año pasado) antes de moderarse a 3 % y
2,4 % en 2016 y 2017, respectivamente. En la zona del euro, la inflación
incómodamente baja podría prolongarse. El pronóstico para el crecimiento en la
zona del euro es un lento 1,1 % en 2015 (0,8 % en 2014), que
alcanzará un 1,6 % en 2016-2017. En Japón, el crecimiento se elevará a
1,2 % en 2015 (0,2 % en 2014) y 1,6 % en 2016.
Es probable que los flujos
comerciales sigan siendo débiles en 2015. Desde la crisis financiera global, el
comercio se ha desacelerado significativamente, creciendo menos del 4 % en
2013 y 2014, muy por debajo del crecimiento promedio previo a la crisis, el que
alcanzaba 7 % al año. La desaceleración se debe en parte a la debilidad de
la demanda y a lo que parece ser una menor sensibilidad del comercio a los
cambios en la actividad mundial, concluye el análisis en el informe. Los
cambios en las cadenas de valor a nivel mundial y una composición variable de
la demanda por importaciones pueden haber contribuido a disminuir la capacidad
de respuesta del comercio ante el crecimiento.
Las proyecciones señalan que
los precios de los productos básicos permanecerán bajos en 2015. Como se
analiza en un capítulo del informe, la caída inusualmente precipitada del
precio del petróleo en el segundo semestre de 2014 podría reducir
significativamente las presiones inflacionarias y mejorar los saldos en cuenta
corriente y de las arcas fiscales en los países en desarrollo importadores de
petróleo.
“La baja en el precio del crudo
originará cambios notables en el ingreso real desde los países exportadores a
los países importadores de petróleo. Tanto para exportadores como para
importadores, la baja en los precios representa una oportunidad para llevar a
cabo reformas que puedan aumentar los recursos fiscales y servir a objetivos
ambientales más amplios”, agregó Ayhan
Kose, Director de Perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.
Entre los países grandes de
ingreso medio que se beneficiarán de los precios más bajos del petróleo se
encuentra India, donde se espera que el crecimiento se acelere a 6,4 %
este año (a partir de 5,6 % en 2014) y alcance 7 % en 2016-2017. En
Brasil, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, la caída en los precios del petróleo
ayudará a reducir la inflación y el déficit en cuenta corriente, una causa
importante de vulnerabilidad para muchos de estos países.
Sin embargo, si se sostienen
los precios bajos del petróleo, se debilitará la actividad en los países
exportadores. Por ejemplo, para la economía rusa se proyecta una contracción de
[2,9] % en 2015, la que podría entrar nuevamente en un terreno positivo en
el año 2016, cuando se espera un crecimiento de [0,1] %.
A diferencia de los países de
ingreso medio, la actividad económica en los países de ingreso bajo se
fortaleció en 2014 debido al aumento en la inversión pública, la expansión
significativa del sector de servicios, buenas cosechas y entradas importantes
de capital. Se espera que el crecimiento en los países de ingreso bajo mantenga
su solidez en 6 % entre 2015 y 2017, a pesar de que la moderación en los
precios del petróleo y otros productos básicos frenará el crecimiento en los
países de ingreso bajo exportadores de estos bienes.
“Los riesgos para la economía
global son considerables. Los países que cuentan con marcos de políticas
relativamente más confiables y los gobiernos que se orienten hacia las reformas
estarán en mejor posición para sortear los desafíos de 2015”, concluyó
Franziska Ohnsorge, autora principal del informe.
Aspectos regionales destacados:
La región de Asia oriental y el
Pacífico continuó su ajuste gradual hacia un crecimiento más lento, pero más
equilibrado. El crecimiento regional cayó a 6,9 % en 2014 como
consecuencia del endurecimiento normativo y las tensiones políticas que
compensan un aumento en las exportaciones en línea con la recuperación actual
en algunas economías de ingreso alto. El pronóstico a mediano plazo es de un
alivio adicional en el crecimiento a un 6,7 % en 2015 y un pronóstico
estable de ahí en adelante, situación que refleja una desaceleración gradual en
China, la que será compensada por un repunte en el resto de la región en
2016-2017. En China, reformas estructurales, el retiro gradual del estímulo
fiscal y medidas prudenciales permanentes para frenar la expansión del crédito
no bancario se traducirán en una desaceleración del crecimiento a 6,9 % en
2017, en comparación con el 7,4 % en 2014. En el resto de la región, el
crecimiento se fortalecerá a 5,5 % en 2017 con el apoyo de la solidez de
las exportaciones, una mejor estabilidad política y el fortalecimiento de la
inversión.
Según las estimaciones, el
crecimiento en la zona en desarrollo de Europa y Asia Central disminuyó a
2,4 %, menos de lo que se esperaba en 2014, debido a que la recuperación
intermitente en la zona del euro y el estancamiento en Rusia plantearon dificultades.
Por el contrario, el crecimiento en Turquía superó las expectativas a pesar de
una desaceleración de 3,1 %. Se espera que el crecimiento regional repunte
a 3 % en 2015, a 3,6 % en 2016 y a 4 % en 2017, pero con una
divergencia considerable. La recesión en Rusia frena el crecimiento de la
Comunidad de Estados Independientes, aunque la recuperación gradual de la zona
del euro debería aumentar el crecimiento en Europa central y oriental y
Turquía. Las tensiones entre Rusia y Ucrania y las respectivas sanciones
económicas, la posibilidad de un estancamiento prolongado en la zona del euro y
la disminución sostenida de los precios de los productos básicos siguen siendo
los principales riesgos hacia la baja en la región.
El crecimiento en América
Latina y el Caribe se desaceleró notoriamente al 0,8 % en 2014, pero con
avances divergentes en toda la región. América del Sur se desaceleró
bruscamente cuando factores internos, agravados por la desaceleración económica
en la mayoría de los socios comerciales y la caída mundial de los precios de
los productos básicos, causaron estragos en algunas de las economías más
grandes de la región. Por el contrario, el crecimiento en América del Norte y
Central fue sólido gracias al fortalecimiento de la actividad en Estados
Unidos. Mejores exportaciones impulsadas por la recuperación permanente entre
países de ingreso alto y flujos de capital firme deberían levantar el
crecimiento del PIB regional a un promedio cercano al 2,6 % en 2015-17.
Una desaceleración más fuerte de lo esperado en China y una caída más
pronunciada de los precios de los productos básicos representan riesgos
importantes a la baja en las perspectivas.
Tras años de agitación, algunas
economías de Oriente Medio y Norte de África parecen haberse estabilizado,
aunque el crecimiento sigue siendo frágil y desigual. En los países
importadores de petróleo, el crecimiento se mantuvo prácticamente sin cambios
en 2014, aunque la actividad en los países exportadores de petróleo se recuperó
ligeramente después de contraerse en 2013. El desequilibrio externo y fiscal
sigue siendo importante. Se espera un repunte gradual del crecimiento a
3,5 % en 2017 (de 1,2 % en 2014). Los riesgos que implican la
agitación regional y la volatilidad del petróleo son considerables; persisten
las transiciones políticas y los desafíos para la seguridad. Las medidas para
hacer frente a antiguos desafíos estructurales se han retrasado en varias
ocasiones y el alto nivel de desempleo sigue representando un fuerte desafío.
Los precios más bajos del petróleo ofrecen una oportunidad para eliminar los
fuertes subsidios a la energía en la región, en los países importadores de
petróleo.
En Asia meridional, el
crecimiento se elevó aproximadamente a 5,5 % en 2014 en comparación con un
bajo 4,9 % en 2013, que duró 10 años. El repunte fue impulsado por India,
la mayor economía de la región, que resurgió después de dos años de crecimiento
moderado. Las proyecciones indican que el crecimiento regional aumentará a
6,8 % en 2017, a medida que las reformas alivien las restricciones al
abastecimiento en India, se terminen las tensiones políticas en Pakistán, se
sigan fortaleciendo las remesas en Bangladesh y Nepal y se fortalezca la
demanda por las exportaciones de la región. Ajustes anteriores redujeron la vulnerabilidad
frente a la volatilidad del mercado financiero. Los riesgos tienen
principalmente un carácter político y nacional. Mantener el ritmo de las
reformas y la estabilidad política es clave para aprovechar el reciente impulso
de crecimiento.
En el año 2014, el crecimiento
mejoró solo levemente en África al sur del Sahara. Se espera que se mantenga
sin cambios en 2015, en 4,6 % (menos de lo esperado anteriormente), en
gran parte debido a precios de los productos básicos más moderados, para luego
repuntar gradualmente a 5,1 % en 2017, apoyado por inversión en
infraestructura, mayor producción agrícola y el auge en el sector de servicios.
El pronóstico está sujeto a riesgos a la baja significativos debido a una nueva
propagación de la epidemia de ébola, insurrecciones violentas, bajos precios de
los productos básicos y volatilidad de las condiciones financieras globales.
Las prioridades en materia de políticas incluyen la necesidad de aplicar
restricciones presupuestarias en algunos países de la región y un cambio del
gasto hacia fines cada vez más productivos, dadas las graves limitaciones en
cuanto a infraestructura. La selección y gestión de proyectos podrían mejorar
con mayor transparencia y rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos.
[1]Usando
índices de paridad de poder adquisitivo del año 2010, el crecimiento mundial
alcanzaría el 3,6 % en 2015 y 4 % en 2016 y en 2017.
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