¿Somos conscientes de lo que puede
ocurrirnos, si no cuidamos el medio ambiente?
Cuando veo un ciudadano, taxista, joven,
niños y adultos botando basuras en nuestras propias narices, entiendo que
estamos bien lejos de entender la magnitud de esa situación…
DIOS nos proteja en unos cuantos años…
RADAR,luisemilioradaconrado
radareconomico1
EL VERGONZOSO INFORME YALE
Dicen que los defensores de nuestros recursos hunden este país porque no dejan hacer nada.
El Índice de Desempeño Ambiental 2014 que acaba de publicar la Universidad de Yale como cada dos años, reveló que Colombia descendió del puesto 27 al 85 entre 178 países evaluados. ¡58 posiciones…!
Eso no dice nada. Más llamó la atención el descenso de un puesto de la Selección Colombia en el escalafón Fifa.
El IDA (EPI en inglés) mide tanto la salud del ambiente y la vitalidad de ecosistemas en 9 categorías y 20 indicadores.
Colombia es 85 con 50,77 puntos sobre 100, por debajo de 13 países latinoamericanos.
En agricultura somos 144, 104 en conservación del agua y 100 en saneamiento. En protección de la salud estamos de 109. El mejor puesto fue pesca, 27, seguido de calidad del aire, donde quedamos de 49.
Pueden ser indicadores fríos, pero revelan una verdad en un país cuyo presidente, en plena cumbre de la Tierra, anunció a todo el mundo el establecimiento de una zona minera en la Amazonia.
No ha sido el único. El gobierno pasado entregó una licencia minera en un Parque Nacional (Yaigoje Apaporis), también en esa región, en donde la empresa Cosigo mantiene su pelea jurídica para hacer valer ese derecho y poner en jaque el futuro del sistema de parques.
Son las contradicciones que permitieron que en dos años se hubiera retrocedido tanto en el cuidado de la herencia para las futuras generaciones y en la defensa de la salud de los actuales habitantes.
Mientras de labios para afuera se habla de defender la vida, en los despachos se autoriza toda suerte de atropellos. El hotel en la Sierra Nevada, el transporte y descargue de carbón en Santa Marta, la exploración petrolera en Tota, el páramo de Santurbán, la Colosa en Tolima, etc., etc.
Ambientalistas cuando conviene, un dualismo no resuelto que nos conduce cuesta abajo en la protección ambiental pese al esfuerzo de organizaciones civiles y algunas oficiales que trabajan con tesón pero no pueden contrarrestar resoluciones, decretos y leyes emitidas en oficinas alejadas de la realidad y con funcionarios poco creíbles.
Solo falta que alguien del gobierno desmienta el informe Yale, como cada que aparece un reporte sobre los derechos humanos. Pero no, el tema pasará de largo sin dejar huella sobre la piel nacional.
Qué tal que no hubiera defensores conscientes y activos. Los que nos están afectando de verdad son otros.
El Índice de Desempeño Ambiental 2014 que acaba de publicar la Universidad de Yale como cada dos años, reveló que Colombia descendió del puesto 27 al 85 entre 178 países evaluados. ¡58 posiciones…!
Eso no dice nada. Más llamó la atención el descenso de un puesto de la Selección Colombia en el escalafón Fifa.
El IDA (EPI en inglés) mide tanto la salud del ambiente y la vitalidad de ecosistemas en 9 categorías y 20 indicadores.
Colombia es 85 con 50,77 puntos sobre 100, por debajo de 13 países latinoamericanos.
En agricultura somos 144, 104 en conservación del agua y 100 en saneamiento. En protección de la salud estamos de 109. El mejor puesto fue pesca, 27, seguido de calidad del aire, donde quedamos de 49.
Pueden ser indicadores fríos, pero revelan una verdad en un país cuyo presidente, en plena cumbre de la Tierra, anunció a todo el mundo el establecimiento de una zona minera en la Amazonia.
No ha sido el único. El gobierno pasado entregó una licencia minera en un Parque Nacional (Yaigoje Apaporis), también en esa región, en donde la empresa Cosigo mantiene su pelea jurídica para hacer valer ese derecho y poner en jaque el futuro del sistema de parques.
Son las contradicciones que permitieron que en dos años se hubiera retrocedido tanto en el cuidado de la herencia para las futuras generaciones y en la defensa de la salud de los actuales habitantes.
Mientras de labios para afuera se habla de defender la vida, en los despachos se autoriza toda suerte de atropellos. El hotel en la Sierra Nevada, el transporte y descargue de carbón en Santa Marta, la exploración petrolera en Tota, el páramo de Santurbán, la Colosa en Tolima, etc., etc.
Ambientalistas cuando conviene, un dualismo no resuelto que nos conduce cuesta abajo en la protección ambiental pese al esfuerzo de organizaciones civiles y algunas oficiales que trabajan con tesón pero no pueden contrarrestar resoluciones, decretos y leyes emitidas en oficinas alejadas de la realidad y con funcionarios poco creíbles.
Solo falta que alguien del gobierno desmienta el informe Yale, como cada que aparece un reporte sobre los derechos humanos. Pero no, el tema pasará de largo sin dejar huella sobre la piel nacional.
Qué tal que no hubiera defensores conscientes y activos. Los que nos están afectando de verdad son otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario