De nuevo mi saludo para comunicarles que he decidido darle vida a este Blog, donde espero abrir ventanas para que vuele mi pensamiento a los lugares que me interesan y a buscar mis pares en cada uno de ellos. Amigos, Hoja-Lata es de ustedes. Ahora si anoté bien el enlace.
jueves, 6 de febrero de 2014
AGONÍA DE LA CIÉNAGA DE
MALLORQUÍN EN BARRANQUILLA.
Hoy,
cuando la ciudad saluda alborozada, la iniciación de una nueva tarea de
"mantenimiento" de la zona de acceso a la zona portuaria de
Barranquilla, recobra actualidad el clamor de las comunidades de
pescadores de Las Flores y La Playa, en el sentido de proteger la única
laguna costera con que cuenta el Departamento del Atlántico y principal
cuerpo de agua del ecosistema "Cuenca de Mallorquín".
Por
su composición biológica, características físicas, estructuras y procesos
ecológicos, que producen y proveen bienes y servicios ambientales
imprescindibles e insustituibles, el Ministerio del Medio Ambiente clasifica la
Cuenca de Mallorquín como un Ecosistema Estratégico. Su biodiversidad,
representada por las comunidades bióticas, especies que allí se reproducen,
sería, de manera natural, suficiente para garantizar una oferta sostenible de
bienes y servicios ambientales esenciales para el desarrollo humano.
Sin
embargo,
hoy en día el intercambio de agua dulce se hace a través de una
tubería sin las especificaciones técnicas que impidan la sedimentación y
con
la entrada de este material que arrastra el río, se genera pérdida de
profundidad del cuerpo de agua. Con la remoción de los dragados de
mantenimiento (o de profundización) la cantidad de lodo será
infinitamente suoperior y desde ya nos preparamos para una nueva
mortandad de peces por la pérdida de oxígeno.
Los arroyos que trasladaban
las precipitaciones pluviométricas, hoy en día son arroyos permanentes con
aguas servidas, cargadas de detritus y más recientemente, con descargas de la
Planta de Tratamiento de Aguas Residuales que bota al cauce, agua con “niveles
permitidos” de elementos contaminantes.
El
complejo Mallorquín es incapaz de defenderse de este tipo de agresiones.
Estamos asistiendo a un proceso de degradación tal, que este ecosistema no es
capaz de mantener el equilibrio de los procesos ecológicos, denominados
“básicos” como son la regulación de climas, temperatura del agua, depuración del aire, agua y suelos, así como
la conservación de la biodiversidad.
Por
esta razón este humedal marino costero, que debía ofrecer bienes y servicios a
las comunidades que dependen de la interacción con la Ciénaga para su
sostenimiento, debe ser intervenido de manera integral, para evitar que la flora y la fauna nativas, siga
desapareciendo por la depredación que viene sufriendo la Cuenca.
Ubicación en Google Maps
11.041794,-74.848444
Tal
como se desprende de los análisis hechos en los diferentes eventos y los
aportes científicos que el Dr. Iván Luna ha hecho llegar a las mesas de
trabajo, se desprende la afirmación de que, problema no es de la Ciénaga de
Mallorquín sino de toda la Cuenca, lo que compromete acciones directas de los
entes territoriales que se encuentran en la zona demarcada por la autoridad
ambiental, como son los municipios de Baranoa, Galapa, Puerto Colombia, Tubará
y el Distrito de Barranquilla, así como las entidades del orden nacional, y departamental que por su naturaleza y misión institucional, tienen compromisos con la zona referida.
La
Veeduría Obras del Río Magdalena y su Entorno, entre otras organizaciones de la Sociedad Civil, hace un llamado a los estamentos
públicos que tienen que ver con la vigilancia, control y regulación del medio
ambiente y la explotación de recursos marinos y fluviales, a las entidades que
ayer llamaban a la solidaridad para que Barranquilla no permitiera el cargue
por fondeo, a que hagan suyo el clamor de las comunidades de Siape, Las Flores
y La Playa, para que si se han de hacer las obras, al menos se tenga en cuenta la
afectación. Dicen los afectados, que al no existir un trabajo serio para el
intercambio de agua dulce con la Ciénaga, de Mallorquín, se abre otro frente de
depredación contra este cuerpo de agua, vital para la conservación del hábitat
de especies migratorias, protegidas por el acuerdo Ramsar, del cual Colombia es
signante.
Defienden
de igual manera, las posibilidades de desarrollar turísticamente el litoral del
Departamento del Atlántico, porque también se afectan playas y actividades
pesqueras en el mar por la disposición del lodo a tan solo 700 metros de la
desembocadura, zona conocida ampliamente como sitio de faena para los
pescadores de la región.
Requiere
la ciudadanía una explicación por la manera como el Estado supone que obras que
les impactan de forma tan ostensible, no requieran licencias ambientales cuando
la pesca, la calidad de las playas del departamento y la supervivencia de
ecosistemas estratégicos se ven afectados por esta situación.
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