Por eso en este análisis que hace Jairo Parada, el economista se sorprende porque el gobernador Segebre en su discurso del primero de enero –día de posesión como nuevo gobernante-, no habló del tema: “no mencionara explícitamente la lucha por la regionalización del Caribe”… dice Parada…
luisemilioradaconrado
Los retos del desarrollo local y
departamental
Por Jairo Parada
La
renovación en el ejercicio del poder es uno de los méritos de la democracia, a
pesar de sus limitaciones y fallas en países en desarrollo. Cada cambio de
gobernantes llena de esperanza a los ciudadanos con nuevas caras en los
despachos oficiales, con la expectativa de que se cumpla el programa de
gobierno esgrimido en la pasada campaña electoral.
Tanto
la alcaldesa Elsa Noguera y el gobernador José A. Segebre, ratificaron su
voluntad de construir una agenda común para el Atlántico y Barranquilla, lo
cual es sano para asumir la competitividad del territorio. Se podría decir que
ambas propuestas de trabajo presentadas en los discursos de posesión, se
caracterizaron por su énfasis en combatir la pobreza, la inequidad y la
exclusión, observándose una visión humanista, necesaria en nuestros
territorios. Sin embargo, en Segebre fue extraño que no mencionara
explícitamente la lucha por la regionalización del Caribe.
Dichas
tareas no serán sencillas, pues pasados los discursos y los abrazos,
implementar las políticas públicas en la esfera local es un arte y una ciencia
difícil. Las buenas intenciones muchas veces se estrellan contra las duras
realidades. Uno podría decir que el desarrollo local sigue siendo una caja negra
difícil de desenredar porque exige una adecuada mezcla de instituciones,
liderazgo, estado, visión del territorio y participación de los ciudadanos,
además de un excelente equipo de funcionarios. Las mejores políticas y
programas públicos muchas veces fracasan por colocar en los cargos a las
personas inadecuadas, a pesar de sus buenas intenciones.
Una de las dificultades más notorias de los gobernantes locales radica en que tampoco cuentan con los instrumentos para combatir la pobreza y la desigualdad, dados sus limitados recursos presupuestales y su relativa dependencia de las iniciativas del gobierno central. En este sentido, muchos éxitos locales quedan condicionados al apoyo de las instancias nacionales. La receta de salud, educación, alcantarillado y agua potable tiene el problema que aunque es necesaria, no es suficiente.
Una de las dificultades más notorias de los gobernantes locales radica en que tampoco cuentan con los instrumentos para combatir la pobreza y la desigualdad, dados sus limitados recursos presupuestales y su relativa dependencia de las iniciativas del gobierno central. En este sentido, muchos éxitos locales quedan condicionados al apoyo de las instancias nacionales. La receta de salud, educación, alcantarillado y agua potable tiene el problema que aunque es necesaria, no es suficiente.
El
asistencialismo como esencia en las políticas frente a la pobreza tiene la
limitante que no es capaz de enfrentar uno de los factores cruciales de la
pobreza: la falta de empleo y la informalidad laboral.
En nuestro país la tasa
de desempleo abierta viene bajando desde el pasado año, lo cual es positivo.
Pero no podemos desconocer que el grueso del empleo que se genera es el empleo
precario e informal. Por eso, se habla hoy de la necesidad de generar empleo
digno, bajo contratación laboral permanente y no con el odioso sistema de
contratos temporales o la precaria intermediación laboral a través de las
cooperativas de trabajo o las ahora llamadas SAS. En esto, el país todavía no
marca bien en términos de pobreza e indigencia de acuerdo al último Informe de
la Cepal sobre el Desarrollo Social 2010. Colombia está muy por debajo de
Argentina, Perú, Brasil y Chile y hasta de la vituperada Venezuela de Chávez
(con un 27.8% de pobreza frente al 44.3% de Colombia según la Cepal). De esta
manera, nuestros gobernantes locales enfrentan duros retos. Para combatir dicha
pobreza dependen del impacto de las políticas públicas del orden nacional. Si
éstas son asistencialistas, no llegarán muy lejos. Inseguridad, una débil
institucionalidad, finanzas públicas en tensión, un déficit de vivienda
importante y riesgos crecientes frente al cambio climático los acompañarán.
Buen viento y buena mar en estos mares tempestuosos.
Jairo J. Parada Corrales
Economista, PhD.
Barranquilla-Colombia
Celular 311-650-0550
Celular 311-650-0550
Phone and fax: 57-5-3557657
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