lunes, 23 de septiembre de 2013

Prospecta Caribe 2013: enfrentando el largo plazo, por Jairo Parada



La vida cambia permanentemente. ¿Estamos listos para enfrentar el largo plazo?
¡Uuuffff…!
¡Estoy seguro que no!
Pues, nos tocará aprender. O la vamos a pasar muy mal.
Jairo Parada nos lanza esta alerta, que es bien importante.

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Prospecta Caribe 2013: enfrentando el largo plazo

Gracias al apoyo del Observatorio del Caribe Colombiano, The Millenium Project, la Universidad Externado de Colombia, la Cámara de Comercio de Barranquilla, ISA y otras entidades privadas, fue posible realizar el primer Encuentro de Prospectiva y Estudios del Futuro de la Cuenca del Caribe, el pasado 5 y 6 de Septiembre en Cartagena.
Más de 200 invitados atendieron la cita, para examinar el pensar a largo plazo en el área del Caribe, ejercicio no fácil, cuando andamos inmersos en la coyuntura económica y política inmediata. Pero nuestros supuestos sobre el futuro deberán revisarse, pues se nos vendrán encima los alimentos hechos en laboratorio a través de la biotecnología (ya tuvimos la primera hamburguesa “artificial”), el 3D-Printing, la telemedicina, la biología sintética, los avances en las ciencias computacionales, y los negocios unipersonales acompañados de toda la tecnología.
 
El hombre deberá trabajar con una visión integrada, donde muchas cosas se deberán hacer al mismo tiempo. La tele-educación avanzará y se basará cada vez más en la inteligencia colectiva que permiten hoy las redes de información. Habrá que mejorar la inteligencia individual y la colectiva, pues de otra forma no podríamos enfrentar asuntos como el cambio climático.
En este nuevo mundo, los grupos de expertos, las bases de datos y el dominio del software y el hardware serán claves. Se trabajará más en códigos genéticos que en códigos de computador, la medicina se aproximará de forma diferente, y el mar sería un área inmensa de cultivos de algas. Aparecerían elementos de un nuevo sistema económico diferente al capitalismo actual, el cual responde más a la vieja sociedad industrial. El software libre, las redes y formas colectivas de propiedad, gérmenes del futuro, se irán imponiendo.
 
Para José Luis Cordeiro, ya en 2045 estaríamos alcanzando la “singularidad tecnológica”, logrando extender incluso nuestra esperanza de vida en forma impresionante. La ley de Moore seguirá impactando el cambio tecnológico, afectando las actividades productivas y de servicios.
Las naciones que no agreguen valor a la producción, se quedarán rezagadas, mensaje que no debemos olvidar en un país empeñado en la locomotora minera y que se mueve en la dirección contraria, estrategia que Phillip Wright demostró claramente que empieza a perder impulso ante los cambios económicos y tecnológicos del mundo.
Francisco Mojica hizo un análisis minucioso de las posibilidades exportadoras del área del Caribe, señalando los nuevos desarrollos de la energía, la agricultura de precisión, los mejoramientos genéticos de alimentos y la acuacultura, donde obviamente el turismo tradicional ya es un sector del pasado, el cual debe replantearse. Lo anterior exige una mejor articulación del Caribe entre sí, y una gran articulación de ese Caribe, con el Caribe continental. Las viejas ventajas comparativas no sirven mucho.
En síntesis, el evento sembró muchas inquietudes y preguntas sobre lo que se viene, dejándonos muchos interrogantes. Los colombianos poco pensamos en el Caribe, nos fijamos sólo en Estados Unidos y Europa. De ahí el error conceptual del término “Costa Atlántica” que muchos funcionarios andinos siguen repitiendo. Las potencialidades en esas islas son inmensas. Nuestra paz incluso se discute precisamente en Cuba. En fin, hay que volver al Caribe, algo que el Libertador Simón Bolívar siempre tuvo claro, desde su Carta de Jamaica en 1815.

Por Jairo Parada
*Profesor del IEEC, Uninorte.


PD: 


Ley de Moore

Datos históricos y ley de Moore

La ley de Moore expresa que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado.1 Se trata de una ley empírica, formulada por el cofundador de Intel, Gordon E. Moore, el 19 de abril de 1965, cuyo cumplimiento se ha podido constatar hasta hoy. 

En 1965, Gordon Moore afirmó que la tecnología tenía futuro, que el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas.

Más tarde, en 1975, modificó su propia ley al corroborar que el ritmo bajaría, y que la capacidad de integración se duplicaría aproximadamente cada 18 meses. Esta progresión de crecimiento exponencial, duplicar la capacidad de los circuitos integrados cada dos años, es lo que se denomina ley de Moore. Sin embargo, el propio Moore determinó una fecha de caducidad para su ley: "Mi ley dejará de cumplirse dentro de 10 o 15 años -desde 2007-", según aseguró durante la conferencia en la que afirmó, no obstante, que una nueva tecnología vendrá a suplir a la actual.

La consecuencia directa de la ley de Moore es que los precios bajan al mismo tiempo que las prestaciones suben: la computadora que hoy vale 3000 dólares costará la mitad al año siguiente y estará obsoleta en dos años. En 26 años el número de transistores en un chip se ha incrementado 3200 veces.

Actualmente esta ley se aplica a ordenadores personales. Sin embargo, cuando se formuló no existían los microprocesadores, inventados en 1971, ni los ordenadores personales, popularizados en los años 1980.
En el momento de escribir el artículo que originó su ley, Moore era director de los laboratorios de Fairchild Semiconductor. Más tarde, en el verano de 1968, creó Intel junto con Robert Noyce, uno de sus compañeros en la empresa.

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