martes, 1 de febrero de 2011

El Tiempo, de acuerdo con las medidas para aguantar el mototaxismo en Barranquilla


El Tiempo, el diario más influyente de Colombia y uno de los más importantes de América Latina, está de acuerdo con las medidas del alcalde Alejandro Char, para acabar con el desorden del mototaxismo.
Es más, le pide al gobierno del presidente Santos que se pronuncie y que tome cartas en el asunto.
El editorialista fue concreto...
Información que nos llega de la oficina de comunicaciones del Distrito de Barranquilla…

LuisEmilioRadaC
Pd:

Editorial El Tiempo: El mototaxismo en Barranquilla

De:
tony lemus
Para:
Alejandra Sánchez ; rvilla@barranquilla.gov.co; Ricardo Villa Pérez ; tony lemus navarro

Por considerarlo de interés, enviamos texto de artículo editorial del diario El Tiempo.
Editorial: El mototaxismo en Barranquilla
Las normas que se le quieren aplicar al mototaxismo en Barranquilla son sensatas y responsables.
Hace varios años, en ciudades y pueblos de la Costa Caribe viene creciendo el fenómeno del mototaxismo. Amparados en vacíos legales, dueños y conductores de motos, que se cuentan por decenas de miles a lo largo y ancho del país, pretenden mantener a la brava la prestación ilícita de este servicio de transporte público.

El más reciente campo de batalla es la ciudad de Barranquilla. A raíz del decreto 001 del 2011, expedido por la Alcaldía de la capital del Atlántico para regular tales vehículos, miles de mototaxistas llevan más de una semana protestando en las calles y generando disturbios y desmanes contra edificios y buses de Transmetro.
Las normas que el gobierno local quiere aplicar son sensatas y responsables: restricción de la circulación de estas máquinas en la noche y en congestionados ejes viales, así como la autorización del parrillero únicamente como miembro del núcleo familiar, al igual que el uso de casco y chaleco. En otras palabras, la Alcaldía barranquillera está ejerciendo su autoridad para controlar una actividad ilegal como el mototaxismo.
Sin embargo, al igual que en otras localidades del país, quienes ejercen ese oficio buscan presionar a punta de marchas y desórdenes al alcalde Alejandro Char para que no haga nada ante el caos vial y la inseguridad que genera este servicio. A primera vista, los argumentos de los manifestantes son potentes: defienden su derecho al trabajo.

No obstante, eso no es así. El pulso en Barranquilla refleja esa tensión entre el derecho de la mayoría a la movilidad digna y una minoría que no acata las leyes. No tiene justificación desconocer las reglas, avalar la competencia ilegal con los transportadores formales y poner en peligro la vida de los usuarios debido a la negativa de un puñado de motociclistas de buscar alternativas de empleo. Si hoy se acepta esta fórmula, mañana nada se podrá hacer contra la ocupación del espacio público o el robo de servicios esenciales. Las ciudades terminarían convertidas en tierra de nadie.

En su legítimo esfuerzo de garantizar el bienestar de la mayoría por encima de intereses particulares, la Alcaldía barranquillera necesita del apoyo de los habitantes de La Arenosa.
Ya es hora, además, de que el Gobierno Nacional tome cartas en el asunto.
Tony Lemus Navarro
Oficina de Comunicación

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